Resumen:
La seguridad del paciente es un insumo esencial para la recuperación de la salud, porque está ligada íntimamente con acciones que evidencian un acuerdo personal y profesional en el ejercicio del cuidado. Por ello, seguridad y cuidado se convierten en atributos tácitos de la calidad, y dado que el enfermero mantiene un contacto constante con el paciente, la gestión, se constituye en un elemento fundamental para brindar y evaluarla. En atención a esta necesidad, es imperativo que los enfermeros asuman un rol de líderes en la gestión del cuidado, implementando de manera adecuada estrategias como el cambio de turno y la ronda de enfermería, las cuales dinamizan la disciplina y aportan autonomía al quehacer enfermero, mejoran el trabajo en equipo y propician el cumplimiento de las metas de seguridad del paciente promulgadas por la Organización Mundial de Salud, con lo cual indiscutiblemente se disminuye el riesgo de eventos adversos.