Resumen:
La filosofía adventista de la salud está soportada por una clara, significativa y solvente evidencia bíblica (Pinzón-Gómez, 2013), constituyéndose en una de los pilares fundamentales de la fe de la organización (Iglesia Adventista del Séptimo Día, 2006); ampliada y reinterpretada por White en el siglo XIX (White, 2010), se extiende hasta el siglo XXI, habiendo acumulado un abundante y sólido acervo científico, especialmente desde las aportaciones de la epidemiología conductual (Gálvez-Vivanco, 2002), nutricional (Fraser, 2003) y la salud pública basada en la evidencia (Friis y Seller, 2009).