Resumen:
La presente reflexión pretende abordar ese tema problemático, espinoso, escurridizo y un tanto incómodo que resulta ser la “cientificidad perdida” para el investigador en educación, teniendo en cuenta los aspectos de verdad objetiva (Gordon, 1995, y Tamayo y Tamayo, 1996), validez metodológica del estudio de casos (Carr, 1993) y actitud científica (Sánchez).